Si contaras las estrellas en mi sangre,
tú sabrías que mi noche tuvo luna,
y que fue mi momento enamorado,
en mi vida
fracturada en poesía,
una vida en rebelde rebeldía.
En otra voz,
otro país y en otro idioma,
otros ojos me
miraron al desnudo,
otros labios
trastornaron mis sentidos,
en la causa,
causa efecto, amor y gloria
y he venido del mar para contarlo,
y a atreverme
a vivir más de una vida
en mi mundo imaginario, día a día.
Al mirar en un vaso el
infinito,
pienso y busco las cuerdas del olvido
cuando somos abril o somos mayo
y encontramos
golpes, agua, sal y mar, furia y delirio.
Los siglos marcharon en
silencio,
la guitarra no cantó bajo la niebla
y mi voz fue solo un sueño en el molino
que giraba y daba vueltas sin sentido.
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