Salvaje Atardecer
He dejado tu rastro en mis
canciones,
he seguido tus pasos y tu nombre
y hoy entre copas, -tal vez de
madrugada-,
encontraré la dirección que está olvidada
en dos o tres poemas
escritos
en un tronco de guayabas.
Como antes, como ahora, tengo antojos
de un salvaje atardecer. Tengo anhelos
de tus ojos otra vez y de lluvias y tormentas
¡Quiero volver a nacer!
Voy a tocar el firmamento y sus
sabores
Voy a impregnarme de magníficos
colores
Voy a bañarme de magia por sectores
Voy a tratar de detener el tren de
los amores.
Mi alma en regocijo, el sol en
remolino,
de rojo, rojo fuego, en un tren sin
estación,
viajando por el tiempo, los siglos en mi voz,
buscando, aun buscando la flecha
corazón.
El
cielo de otro suelo abriéndose en mi piel,
la fuerza del recuerdo en uno, dos y tres,
anhelo
desbocado que reza por volver
al cielo de otra patria que no me vio nacer.
La foto en algún lugar entre Kolwezi y Lubumbashi (República Democrática del Congo)
Un bel écrit.
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