Ay que peligroso fue vivir aquello.
Temblaba, reía, tu aliento en mi cuello.
Delirio de luna, rozando mi boca.
Tocando un bolero, llamando a la suerte.
Ay, iba yo en un tren y era a cien por hora.
Vivir tan de prisa, morder el anzuelo.
Saltar las barreras, cortar girasoles
Perder los estribos, frenar bien el vuelo
Otro continente fue el que ardió en mis venas.
Fue la luna azul, fue la primavera.
Fue ese vino rojo que encendió las chipas.
Fue el ritual del fuego que ardió en la pradera.
Ay, que peligroso fue vivir aquello
Diciembre perfecto, no tuve condena.
Con pan y ciruelas, tocando madera.
Tembló sol y arena, rugió hasta la tierra.
Aun busco la luz en la noche oscura.
La bruja no duerme y quema jazmín.
Aromas del cielo bajan a la tierra,
me arman, me desarman, bendito desliz.